"Lo que mata es..."

... el aroma al producto con el que limpian los ascensores en mi edificio. El saludo de mi portero, que siempre tiene el mismo tono. El caminar de la señora de al lado, apurada, desinterezada, stresada. La cara de "no ganas" de las personas a la mañana. La nena caprichosa que no quiere caminar y que por su pequeño capricho complica la espalda de su abuela. Los obreros trabajando que parecen no estar nunca concentrados en su trabajo y si estar listos para llamar cuan perrito a cuanta mujer se cruce por delante. El viejito que mira, no se que, pero mira algo, vestido con su camisa a cuadros celestes y blancos y su pantalón ocre por la cintura. Los colores del colectivo que siempre son iguales. La vereda rota por la que camino adivinando las baldosas que están firmes para no pisar las que salpican. El nene curioso que me recuerda a Oz, que mira por la ventana del colectivo, lanzando pequeños grititos al aire ante cada detalle gracioso que su mente decodifica. La neblina que mis ojos ponen a todo. Y Blondie sonando en mi cabeza: como cada mañana.