viernes, 31 de octubre de 2008

movimiento involuntario

Laura tuvo un pequeño desliz en su vida. Aquella mañana, despertó, lo notó, lo sintió.... y no pudo frenarlo más. Resultó ser que su belleza, su encanto, su naturalidad y toda esa dulzura que siempre tuvo no le alcanzó para apartar el desprecio, la discriminación, la invisibilidad que pareció adquirir para los otros a partir de aquel día. Fue progresivo, pero no lento... el movimiento se acentuaba hora a hora... aparecía y por momentos y a veces parecía extinguirse. Es ahí, cuando creía que ya se había ido, que había sido sólo un sueño, que se ponía a rezar, como sabía hacerlo, cómo creía que sería escuchada... pedía que continúe así, que pueda recuperar el control... que vuelva a ser ella, que logre ser normal. Pero nadie la escuchaba. Ese pequeño impulso, ese movimiento involuntario del cuerpo la fue apagando y llevó a que su vida se extinga. Trató de "salir" como le decían muchos, pero era mas fuerte que ella. Sentía las miradas detras de sí, sabía que ya no era "normal" y que por mas que tratara de demostrar lo contrario, por mas que pusiera su mejor sonrisa, ya no causaría el mismo efecto que antes en los demás: no hizo mas amigos ni amigas y de los que tenía sólo una la acompañaba... nadie mas se enamoró de ella, nunca más alguien la amó o la besó... sabía que era ella, lo sabía en su interior, no había nadie a quien culpar, nadie a quien reclamar... ella estaba sola contra ella y contra un monstruo invisible pero palpable y percibible, que bajo los nombre de "sociedad", "moda", "estética", "belleza", y de "normalidad", por sobre todo... El día en que tomó la desición, fue felíz. Aquel instante en que logró volar, sintió que había ganado. Nada más iba a moverse. Nada le pareció más normal.
[Relatos sobre Laura. Enferma de Distonía muscular]