lunes, 23 de junio de 2008

sujeto-objeto

La lógica de nuestra época está basada en el pensamiento científico. Para el hombre moderno el mundo de los fenómenos es ante todo un “ello”, un objeto de estudio, algo impersonal. En cambio para el hombre primitivo el mundo es enteramente personal y se para frente a los fenómenos con un trato de “tu”. El conocimiento científico se basa en esta relación “sujeto-objeto” pero es muy distinta a la del hombre antiguo, que descubre al ser que tiene en frente, que se para con una actitud de “comprender” esa otra naturaleza.
Caminábamos por las "Faldas del uritorco". Era temprano y el frío entraba por la nariz para helarte el resto del cuerpo. María estaba maravillada con esa casita que parecía un iglú y que se erguía entre los matorrales en medio del barrio hippie. A esa hora todo dormía............. A mi también me gustó bastante el iglú, pero me ví incapacitada de decirlo a viva voz en ese momento, así que solamente sonreí. Después de cruzar una rústica tranquera nos adentramos en un caminito mas angosto por el que cada vez subíamos más y más. Hace mucho que no caminaba a la deriva, sin un rumbo exacto y concreto. Todo era nuevo, desconocido y ajeno, pero me sentía cómoda, sin nada que perder, libre. Cuando menos lo esperábamos apareció por ese camino una mujer. Llevaba zapatos de cuero, viejísimos y gastados, pantalones de algodón por los tobillos e igualmente gastados, varios sacos y saquitos encimados, una vincha en el pelo, largo, ondulado y sin huellas recientes de peine sobre sí. También llevaba una mochila que dejaba ver que en algún momento había sido nueva y moderna, pero que hoy, sucia y gastada, apenas resistía el peso que llevaba. Marcelina es artesana e iba al mismo lugar que nosotras, solo que no a pasear, sino a trabajar vendiendo su arte....... Todo su ser hablaba de un estilo de vida distinto y nos habló del tesoro que había descubierto allí, de lo mágico de vivir con pájaros, sin mas luz que la del sol, la luna o las estrellas, calentándose en invierno con leña, curándose con hierbas silvestres....... Para Marcelina existen "fuerzas" que rigen el universo y nos aconsejó, tras una charla larga y natural, con voz dulce y suave que meditáramos y le pidiéramos a las "fuerzas marítimas y de la tierra" por esas cosas que deseábamos mucho, porque "el universo responde cuando se desea con todo el corazón".... Nos despedimos de Marcelina y seguimos mirando las artesanías. Después se hizo tarde y volvimos a "La Aldea", pero una sensación extraña se fue conmigo. Algo que parecía despertar dentro mio después de mucho tiempo de sueño. "Eso" me hacía sentir fresca, nueva, como si hubiese descubierto una verdad de mi ser mas íntimo. Sabía que se iría. Que la cotidianeidad y la rutina borrarían ese sentir. Por eso volví callada, lo mas que pude, tratando de darle lugar con ese silencio a esa parte primitiva de mi, que pronto volvería a hibernar.

3 comentarios:

Marbot dijo...

:)

Natiii dijo...

No te enojes, pero me da un poco de risa lo de las fuerzas marítimas y terrestres jajaja Suena medio esotérico, medio Víctor Sueiro jaja

Perdón, perdón. Sin duda todos tendríamos que vivir momentos como el tuyo más seguido para ver realmente la importancia de las cosas más inmediatas y naturales y salirnos de este mundo humanizado que destruye todo lo que toca. :(

Anónimo dijo...

que hermoso relato.
de veras, me emociona.

en un momento sensible, unos párrafos adecuados.

tengo ganas de caminar sin rumbo, de entrelazarme con extraños.
yo creo en esas fuerzas, en la energía, también destaco la labor científica, se puede creer en una interacción.

ojalá repitas esas caminatas sil.